Leon y Nathan se pelean y empujan, el árbitro les saca tarjeta roja, que significa expulsión del juego. Se van enojados a los vestuarios, de tanto contacto y roces, se terminan besando. La bronca se convierte en calentura contenida, con sus shorts de fútbol generando bulto, se manosean las pijas sobre la ropa, con el roce de las telas estimulando sus cuerpos. Nathan agarra la pija dura de su compañero de juego y se la mete en la boca, se la chupa con muchísimas ganas, llenándola de saliva, entrando y saliendo de su garganta. Leon está apoyado contra los lockers...